Empieza retirando cuidadosamente las espinas del lomo de salmón y sécalo con papel de cocina.

Pon en una bandeja o fuente papel y el lomo de salmón encima con unas gotas de aceite sobre el lomo y repártelo bien por toda la superficie. Cubre con bastante eneldo para que aporte aroma y sabor.

Mezcla sal gorda y azúcar a partes iguales. No es necesario cubrir el fondo con esta mezcla, basta con cubrir bien la parte superior del salmón.

Tápalo con papel de horno, ajustándolo para que quede bien protegido. Añade peso encima, como bricks de leche o cualquier objeto pesado.

Guarda la bandeja en la nevera durante un mínimo de 48 horas. El peso ayudará a que el salmón pierda agua, se compacte y quede firme.

Pasado el tiempo de marinado, retira el papel y elimina el exceso de sal y azúcar con la mano o con un papel. No hace falta lavar el salmón. Ahora estará listo para cortarlo en lonchas finas y disfrutar.