En un cazo hacemos el almíbar poniendo el agua, el brandi y el azúcar. Dejamos que reduzca durante unos 5 minutos.
Ahora hacemos las natillas según las instrucciones que vienen en la caja, pero añadimos un segundo sobre sin echarle extra de leche ni de azúcar para conseguir que espese más. Una vez hechas, diluimos 2 cucharadas colmadas de maicena en un vaso con un poco de leche, lo añadimos a las natillas y lo movemos durante dos minutos a fuego medio bajo, moviendo constantemente para que se integre bien y no se quemen las natillas.
Cortamos el roscón en laminas de un par de centímetros.
Ya tenemos todas las preparaciones, así que ahora toca montarlo:
1- Ponemos una base de caramelo en el molde. Esta será la primera capa.
2 - Empapamos el roscón en el almíbar y lo ponemos a continuación del caramelo.
3- Ahora toca una capa de natillas.
4- seguimos con otra de roscón en almíbar... Y así hasta que cubramos el molde.
Dejamos enfriar en la nevera durante unas horas.
Desmontamos en una bandeja, y ¡a disfrutar!