Enjuaga bien el arroz en un colador bajo agua fría hasta que el agua salga clara. Esto ayudará a eliminar el exceso de almidón y a obtener un arroz más suelto.
En una cacerola mediana, combina el arroz enjuagado con 2 tazas de agua. Lleva a ebullición a fuego alto.
Una vez que el agua hierva, reduce el fuego a bajo y tapa la cacerola. Cocina el arroz durante unos 15-20 minutos, o hasta que el agua se haya absorbido por completo y el arroz esté tierno.
Mientras el arroz se cocina, prepara la mezcla de vinagre. En un tazón pequeño, mezcla el vinagre de arroz, el azúcar y la sal. Revuelve bien hasta que el azúcar y la sal se disuelvan por completo.
Una vez que el arroz esté cocido, retira la cacerola del fuego y déjalo reposar tapado durante unos 10 minutos. Esto ayudará a que el arroz termine de cocinarse y a que se absorba cualquier exceso de humedad.
Transfiere el arroz cocido a un tazón grande y vierte la mezcla de vinagre sobre él. Con una espátula de madera o una cuchara de arroz, mezcla el arroz suavemente para distribuir el aderezo de vinagre. Trata de no aplastar los granos de arroz.
Una vez que el aderezo de vinagre esté bien incorporado, cubre el tazón con un paño húmedo o papel film para evitar que el arroz se seque mientras se enfría.
Deja enfriar el arroz a temperatura ambiente antes de usarlo como base para tu plato de Poké.