Lava bien las fresas, sécalas y córtalas en mitades o cuartos. Corta la remolacha en cubos pequeños. Lava y seca la lechuga.

En un plato grande o fuente, coloca una cama de lechuga. Distribuye por encima las fresas y la remolacha.

Coloca la burrata en el centro de la ensalada. Puedes dejarla entera o cortarla ligeramente para que se abra y muestre su interior cremoso.

Mezcla el aceite, el vinagre y una pizca de sal en un bol pequeño y vierte esta vinagreta sobre la ensalada. Añade el cremino de pistacho en pequeñas cucharadas sobre la burrata y el resto de la ensalada.

Espolvorea las semillas de sésamo y la cebolla frita justo antes de servir para que mantengan su textura crujiente.

Sirve como entrante o acompañamiento fresco.